miércoles, 15 de agosto de 2007

Walt Whitman


Surgirá un nuevo orden
 y sus hombres serán 
los sacerdotes del hombre,

y cada hombre será 
su propio sacerdote.



NO TE DETENGAS

No dejes que termine el día sin haber crecido un poco,
sin haber sido feliz, sin haber aumentado tus sueños.

No te dejes vencer por el desaliento.

No permitas que nadie te quite el derecho a expresarte,
que es casi un deber.

No abandones las ansias de hacer de tu vida algo extraordinario.
No dejes de creer que las palabras y las poesías
sí pueden cambiar el mundo.
Pase lo que pase nuestra esencia está intacta.
Somos seres llenos de pasión.
La vida es desierto y oasis.
Nos derriba, nos lastima,
nos enseña,
nos convierte en protagonistas
de nuestra propia historia.
Aunque el viento sople en contra,
la poderosa obra continúa:
Tu puedes aportar una estrofa.
No dejes nunca de soñar,
porque en sueños es libre el hombre.
No caigas en el peor de los errores:
el silencio.
La mayoría vive en un silencio espantoso.
No te resignes.
Huye.
"Emito mis alaridos por los techos de este mundo",
dice el poeta.
Valora la belleza de las cosas simples.
Se puede hacer bella poesía sobre pequeñas cosas,
pero no podemos remar en contra de nosotros mismos.
Eso transforma la vida en un infierno.
Disfruta del pánico que te provoca
tener la vida por delante.

Vívela intensamente,
sin mediocridad.
Piensa que en ti está el futuro
y encara la tarea con orgullo y sin miedo.
Aprende de quienes puedan enseñarte.
Las experiencias de quienes nos precedieron
de nuestros
"poetas muertos",
te ayudan a caminar por la vida.

La sociedad de hoy somos nosotros:
Los "poetas vivos".
No permitas que la vida te pase a ti sin que la vivas ...


El Alma?

- Y suponiendo que el alma exista ¿donde podría estar?.
Desde pequeño me hacía esta pregunta.
Y en cada religión, filosofía o pensamiento anónimo encontraba la respuesta, pero vagamente llegaba a creer lo que estas decían.
¿Donde se halla el alma? ¿es un todo? ¿es una energía? ¿es el alma la conciencia y esta es el alma? ¿cuando se le pone alma a un niño? ¿al nacer? ¿en la fecundación? ¿por qué los animales no pueden tener alma? ¿y las piedras? ¿como describimos el alma?...
Nada más la mención de estas preguntas para algunas religiones puede ser insultante, seguramente me tratarían de ateo, carente de fé, etc...
Pero que es el alma?
Yo encontré mi respuesta.
No veo al ser humano tan distinto del resto de los seres que comparten el planeta tierra con nosotros, sí hemos creado una sociedad (entre comillas) "avanzada y sofisticada", pero esto, según mi criterio, no nos hace tan especialísimos como nos creemos. Es evidente que hemos transformado nuestro habitat, rompiendo una de las primeras reglas del medio que nos rodea, hacemos que este se adapte a nosotros (o eso creemos). Pero en cualquier caso la pregunta es ¿Por qué el ser humano debería estar dotado de alma y todas los demás elementos de la existencia no?. ¿Qué me decís del aire, del agua, del fuego, de la propia tierra? ¿Acaso no se merecerían un alma con muchísimo más justificante?... y en cambio todo es energía, materia que crea energía y energía que genera otro tipo de materia, y todo en una transformación infinita, y nosotr@s lo único que hacemos es formar parte de esos ciclos de transformación (a la que contribuimos con nuestra alquimia o madeja industrial, según se mire)... ahora el alma, el alma, el alma y la inmortalidad, y la eternidad prometida para el ser humano con sed de ser.
Lo que nosotros confundimos con el alma, es el diálogo con nosotros mismos, ese que no nos deja ni en sueños, esa capacidad de diálogo interno que nos evalua, nos justifica, nos presiona, nos envidia, nos impone miedo o fuerza. Y este diálogo es casi nulo en el nacimiento del ser humano. En su evolución natural empieza a crecer y alcanza quizá su esplendor de los 40 a los 60 años de edad (aprox), y decrece y nos va dejando conforme envejecemos, cuando morimos, sufrimos un traumatismo, etc , perdemos esa capacidad de diálogo, luego perdemos entre comillas "el alma"...
Lo demás es un alma universal (un todo) movido por una fuerza desconocida a la que nos empeñamos en ponerle nombre desde hace miles de años: DIOS.

Carlos G.